Todos sabíamos que el día iba a ser
duro y que no íbamos con el fin de divertirnos, sino de pulir
aquello que llevábamos tanto tiempo preparando y organizando, lo que
no quita que quedara algún hueco para pasárnoslo bien, que al fin y
al cabo es lo que se intenta.
Estuvimos toda la mañana ensayando sin
parar, lo cual hizo la hora de comer algo muy deseado y la siesta que
algunos se echaron también lo agradecieron, pero los lobatos y los
castores prefirieron jugar y corretear como de costumbre.
Seguimos
ensayando hasta casi la hora de la verdad, ya que todos teníamos
nuestras dudas sobre si nos lo sabíamos o no, aunque en el fondo
todos estábamos seguros de que acabaría saliendo a pedir de boca.
Y así fue, el acto resultó ser un
éxito, no hubo ni un solo problema y cada rama terminaba su
actuación muy orgullosa del trabajo que había hecho.
Al finalizar el acto la gran mayoría
nos dirigimos a la cena que se había organizado, la comida era
deliciosa y gracias al comité de padres todo siguió su curso.
Tampoco se puede pasar por alto el castillo hinchable que estaba
justo al lado, una pena que no me dejaran subir...
En resumen, celebramos nuestro 25
aniversario por todo lo alto, fue un día en el que se juntaron
distintas épocas del grupo y todos pasamos un rato agradable y en
comunidad.
Un responsable.